los huracanes
Los ciclones tropicales se forman sobre las cálidas aguas
del trópico, a partir de disturbios atmosféricos preexistentes tales como
sistemas de baja presión y ondas tropicales. Las ondas tropicales se forman cada
tres o cuatro días sobre las aguas del océano atlántico, cerca de la línea
ecuatorial. Los ciclones tropicales también pueden formarse de frentes fríos y,
ocasionalmente, de un centro de baja presión en los niveles altos de la
atmósfera.
El proceso por medio del cual una tormenta tropical se
forma y, subsecuentemente, se intensifica al grado de huracán depende de, al
menos, tres de las condiciones siguientes:
-
Un disturbio atmosférico preexistente (onda tropical) con
tormentas embebidas en el mismo.
-
Temperaturas oceánicas cálidas, al menos 26 °C, desde la
superficie del mar hasta 15 metros por debajo de ésta.
- Vientos débiles en los niveles altos de la atmósfera que no cambien mucho en dirección y velocidad.
(Imagen del Programa COMET)
La energía que el ciclón tropical transforma en energía
cinética de rotación y en procesos termodinámicos proviene del contacto entre el
ciclón tropical y las aguas cálidas del mar y, por ende, del intercambio de
energía entre las aguas del mar y el sistema ciclónico. Los vientos en los
niveles bajos de la atmósfera, muy cerca de la superficie marina, circulan hacia
el área de baja presión, es decir, confluyen hacia un lugar determinado. Las
aguas cálidas le suministran al entorno del disturbio atmosférico la humedad y
el calor necesarios para que se desencadenen los procesos de formación de nubes
y, generalmente, de lluvia y actividad eléctrica. Se forman las bandas de lluvia
y los topes de las nubes que se han formado se elevan muy alto en la atmósfera.
Si los vientos en los niveles altos de la atmósfera se mantienen débiles, el
ciclón tropical puede continuar intensificándose, alcanzando las subsecuentes
categorías hasta llegar a huracán.
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